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Pobre hombre, me da una pena...
El señor Marcelo A. Moreno debe creerse un periodista librepensante. Y no es ni una cosa ni la otra, el pobre.

Es el autor de este predecible panfleto anticlerical que publica Clarin (sí, el mismo periódico que tiene un suplemento semanal sobre "valores religiosos") a raiz del cierre de la muestra de Ferrari.
Y se debe creer muy osado, muy comprometido, muy valiente el pobre Marcelo A. Moreno mientras nada cómodamente a favor de la corriente diciendo cosas como

"...lo que exigió la Iglesia era que el Gobierno de la Ciudad cerrara la exposición. Es decir, que ejerciera la censura de Estado. Se trata de una extensa tradición católica"

.
Pegue nomás, pegue. Sáquese las ganas que nadie le va a decir nada. Nuestro árbol parece caído para que gente como usted haga leña, señor Marcelo A Moreno.

Que con nuestra leña debe arder el mundo entero al fin de cuentas.

Yo además de pena le guardo afecto señor Moreno.
Sí, lo quiero.
Porque, al fin de cuentas, yo hasta hace poco pensaba parecido a usted. Bah, pensaba que pensaba.
Y no pierdo las esperanzas de que usted también se convierta algún día, antes de que sea muy tarde para su alma.
Porque usted... usted cree en el alma, no es cierto? Por lo menos es lo que nos dice aquí

...cada vez que se silencia una obra de arte se cierra, a veces imperceptiblemente, una puerta del alma.

Vaya, vaya. En esto último coincidimos plenamente.
Lástima que usted lo diga sólo como retórica barata y no sepa de qué se trata el alma realmente y de cómo cuidarla. Y no es culpa suya, eh, esa sí puede ser una culpa de la Iglesia...

Si lo supiera, sabría que no hay que abrirle esas puertas a cualquiera.