verso converso bien entrenados
En este viejo post les explicaba lo lógico que me resultaba todo el asunto. Pero, claro... quién iba a tomar en serio ese disparate, esa hipótesis tan reaccionaria, paranoica, tremendista...
Y bué... a las pruebas me remito.
Y bué... a las pruebas me remito.
posted by Hernan | 5:58 p.m.
7 Comments:
Devolución de gentilezas, ya que tuve el gusto de verte pasar por mi blog, aunque con un desatino bastante bestia.
En cuanto a este post, Hernán, los videojuegos no matan a la gente. La misma conclusión podrías sacar de que Superman induce al suicidio porque una vez un chico se mató al querer emularlo. Es evidente que esos muchachos tienen otros problemas más serios que no son causados por un simple videojuego o una película. Las personas sanas no matan aunque jueguen al counter strike, y muchos asesinos jamás han oído hablar de ese juego.
En otras palabras: la concomitancia de dos hechos no prueba su relación. Es una de las cosas que el hábito de pensar racionalmente, al que la fe es tan adverso y que te resulta tan poco simpático, brinda: la posibilidad de discernir lo verdadero de lo falso.
Ante todo, Jack, sos bienvenido a este blog ya casi olvidado por su autor.
Con respecto a tu opinión, deberías leer mejor entrelíneas, Jack. No se postula que los videojuegos maten, pero sí que influencien en la conducta de la gente.
Por otro lado, tu afirmación de que no matan habría que ponerla a prueba, no la deberías tirar tan sueltito de cuerpo si te decís tan racional.
No se cuanto sabés del asunto pero hay científicos que intentan investigar estas cosas.
Acá o acá o acá podés encontrar algunas de las cosas que se van sabiendo. Te sorprenderá.
Otra cosa, Jack, necesitás un poquito más de sentido del humor.
Relajá, en serio...
Acá el link que no anda en el comentario anterior.
Gracias por la bienvenida. ¿Tenés otro blog o es que te cansaste de todos nomás?
En cuanto al sentido del humor, tengo muchísimo, sólo que no me pareció nada humorístico tu post, bah, por ahí no lo entendí.
O sea: si querés cuento el chiste del paisano que fue a comprar supositorios, lo que pasa es que no sé si encaja en el contexto... bah... ¿lo cuento? Decime, si querés te lo cuento. Igual muy bueno no es, digamos la verdad.
En fin, que el counter strike no me gusta, pero tengo amigos que lo juegan (grandulones pavotes) y no me parece que vayan a llenarme de plomo. Es posible que actúe como gatillo, si querés te concedo eso, pero me parece que esto ocurre con personas en las que el "gatillo" podría ser el nuevo peinado de su hermana, o una canción de Diego Torres (este último podría ser incluso mi caso).
Una interesante derivación del peligro que representa lo que postulás (si me dejás que me ponga algo ceñudo) es que abogados audaces lo pueden utilizar (y de hecho en EEUU lo han intentado) para exculpar a sus defendidos: "Su señoría, mi defendido descuartizó a la tía Dorita y luego usó los intestinos de bufanda, es cierto, pero lo hizo porque lo obligó una canción de Juanes pasada al revés y escuchada en el ipod bajo la ducha". De esa forma se excluye la responsabilidad individual: el counter strike, la canción satánica, mi madre me habla desde la tumba, y así nadie es culpable de nada.
Salute.
Hernan
te mando una cita que me hizo acordar a tu post!
Una buena reflexion para tu post!
"Los video juegos no tienen ninguna influencia sobre los niños. Quiero decir, si el Pac-Man hubiese influenciado a nuestra generación, estaríamos todos corriendo en salas oscuras, masticando píldoras mágicas y escuchando músicas electrónicas repetitivas"
Kristian Wilson, Nintendo Inc., 1989.
Beso
Ticky López Lazzari
Creo que uno es en gran medida responsable de lo que deja entrar en su cabeza y en la de sus hijos, (aunque muchas cosas son inevitables...) El problema es que muchas veces no nos damos cuenta de la importancia de la influencia de lo que vemos, leemos y escuchamos. Creo que es importante hoy en día un cierto filtro y espíritu crítico.
María
Hernán, buenísimo el material, lo estoy copiando para leérselo a madres de mis alumnos. 100% de acuerdo con vos. Gracias. Cristina
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