historia de semáforo
La mañana está calurosa y terminamos los trámites temprano. El viejo, sentado de copiloto a mi derecha, intenta llamar a Teté con mi celular para avisar que estábamos en camino. Sus casi ochenta años no se llevan muy bien con la tecno pero logró comunicarse.
Paramos en un semáforo a la altura de la rotonda de plaza Francia para retomar Figueroa Alcorta.
Mientras el viejo hablaba, una carita mocosa de no más de 5 años me gana la ventanilla.
- ¿Tené' una moneda?
- No le doy plata a los nenes.
- ¿Y un caramelo? -retrucan los ojitos negros
- No corazón, no tengo caramelos pero te puedo regalar esta lapicera para que lleves a la escuela.
Acostumbro llevar en la guantera del coche un surtido de bolígrafos que los médicos recibimos como promoción de la industria farmaceútica.
Las caritas regularmente se iluminan con la sorpresa.
- ¿Y ese quién es? - me pregunta el chiquito señalando a mi viejo
- Ese es mi papá - le contesto
- ¿y te caga a palo'?
Paramos en un semáforo a la altura de la rotonda de plaza Francia para retomar Figueroa Alcorta.
Mientras el viejo hablaba, una carita mocosa de no más de 5 años me gana la ventanilla.
- ¿Tené' una moneda?
- No le doy plata a los nenes.
- ¿Y un caramelo? -retrucan los ojitos negros
- No corazón, no tengo caramelos pero te puedo regalar esta lapicera para que lleves a la escuela.
Acostumbro llevar en la guantera del coche un surtido de bolígrafos que los médicos recibimos como promoción de la industria farmaceútica.
Las caritas regularmente se iluminan con la sorpresa.
- ¿Y ese quién es? - me pregunta el chiquito señalando a mi viejo
- Ese es mi papá - le contesto
- ¿y te caga a palo'?
2 Comments:
Triste.
Vos tampoco les das monedas a los nenes? Mi marido tampoco. El los acompaña a comprar un pancho o un sachet de leche. Yo, a veces me enojo, porque perdemos tiempo, y le digo, que le de igual. Si el chico es de la calle, realmente, aprovecha la plata, ahora si vive con su familia está bueno eso de ayudarlo en especies. Aunque es verdad que unas monedad pueden calmar los nervios de padres violentos.
Cuando tenía alumnos que pedían, sabía que les sacaban la guita, en cambio lo que entra en el buche, es realmente aprovechado.
Igual tanto una como otra variante, te deja con una sensaciòn de poner una gota de agua en una desierto.
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