verso converso

aportes incorrectos después de haber caído del caballo...

Y él les dijo: «Así, todo escriba que ha llegado a ser discípulo del Reino de los Cielos es semejante al dueño de casa que saca de sus arcas lo nuevo y lo viejo.» (Mt 13,52)


enero 22, 2005

¿conoce ud. a Simone Weil?

Invito al ocasional lector de este blog a invertir unos minutos en esta biografía que preparó mi tocayo.

Simone Weil, la "virgen roja", es una figura que conmueve.
Su corta vida combinó brillo intelectual, coraje, misticismo y honestidad.

Por encima de la infinitud del espacio y del tiempo, el amor infinitamente más infinito de Dios viene y nos toma. Llega justo a su hora. Tenemos la posibilidad de aceptarlo o rechazarlo. Si permanecemos sordos, volverá una y otra vez como un mendigo, pero también como un mendigo llegará el día en que ya no vuelva. Si aceptamos, Dios depositará en nosotros una pequeña semilla y se irá. A partir de ese momento, Dios no tiene que hacer nada más, ni tampoco nosotros, sino esperar. Pero sin lamentarnos del consentimiento acordado, del sí nupcial. Esto no es tan fácil como parece, pues el crecimiento de la semilla en nosotros es doloroso.
[...]
Llega un día en que el alma pertenece a Dios, en que no solamente da su consentimiento al amor, sino que, de forma verdadera y efectiva, ama. Debe entonces, a su vez, atravesar el universo para llegar a Dios. El alma no ama como una criatura, con amor creado. El amor que hay en ella es divino, increado, pues es el amor de Dios hacia Dios que pasa por ella. Sólo Dios es capaz de amar a Dios. Lo único que nosotros podemos hacer es renunciar a nuestros sentimientos propios para dejar paso a ese amor en nuestra alma. Esto significa negarse a sí mismo. Sólo para este consentimiento hemos sido creados".

Del ensayo El amor a Dios y la desdicha

Powered by Blogger