verso converso

aportes incorrectos después de haber caído del caballo...

Y él les dijo: «Así, todo escriba que ha llegado a ser discípulo del Reino de los Cielos es semejante al dueño de casa que saca de sus arcas lo nuevo y lo viejo.» (Mt 13,52)


noviembre 18, 2004

escrache anunciado

Me ha llegado este mail y me ha dejado inquieto

Considerando que una vez más se va a realizar en la Plaza de Mayo el próximo 20 de Noviembre la "Fiesta del Orgullo Gay", en cuyo programa figura el ya consabido escrache a la Catedral y los habituales agravios a la Iglesia Católica, convocamos a todos nuestros amigos a encontrarnos a partir de las 16 hs. -junto a otros grupos católicos que también convocan- en las escalinatas de la Catedral Metropolitana, a fin de impedir que una vez más se ensucie la casa de Nuestro Padre y máxime, teniendo en cuenta que ese día será la víspera de la fiesta de Cristo Rey. Creemos que la mejor manera de celebrarlo es precisamente haciendo valer sus derechos reales en nuestra sociedad, que pareciera, a veces, que sólo se preocupa de defender los derechos de su adversario...


Ay, ay, ay... qué difícil...qué espeso se está poniendo el asunto...
¡Y cuántas dudas me generan este tipo de respuestas reivindicatorias! No me gustan nada. Pero qué dificil estar seguro que no habla en uno la tibieza o la cobardía. ¿Debería uno ir a pararse frente la catedral para exponerse al choque inevitable?
¿Qué actitud debe tomar un verdadero cristiano ante el escarnio o la violencia antireligiosa?
¿contrarrestar la agresión con una defensa "física", ejemplo: valla humana? ¿No hay una violencia implícita en esa defensa, una amplificación de la misma violencia? ¿se garantiza que ese puñado de bienintencionados católicos no perderan los estribos y fomentarán el escándalo? ¿quién los guiará? ¿sólo rezaremos mientras nos insultan y pintan las paredes? ¿ninguno morderá el anzuelo de la provocación (que es el eje central de toda la trama homosexual)?

No sé... amucharse y poner cara de perro no me parece la mejor manera de nada.
Quizás lo que se debe hacer es otra cosa...

Se me ocurre convocar a la gente recién para el domingo a la mañana con pintura blanca y escaleras para, con paciencia y alegría, blanquear la mejilla recién abofeteada. Y hacerlo así todos los años hasta que se cansen de ensuciar las paredes.

O abrir de par en par las puertas esa tarde e inundar el templo de religiosos en oración que inviten a comer y que luego limpien los pies de los hermanos homosexuales...
Ay, si estuviera San Francisco!...(y si se enterara de la fama de la ciudad que lleva su nombre!)

O invitar a una misa en la plaza por las víctimas del SIDA en el mismo horario de la marcha, convocando a los centenares de enfermos que atiende la Iglesia (un tercio de la población enferma a nivel mundial)...

Que se yo... se me ocurren ideas aún más heterodoxas... por ejemplo, que sí, que nos concentremos a las 16hs frente a la catedral todos los católicos que queramos defender la fe, pero que lo hagamos disfrazados de locas y les demos a nuestros presuntos enemigos una muestra de buen humor...

4 Comments:

Blogger Juan Ignacio said...

Estuve con el mismo "dilema" por varios días.
La verdad es que no se me ocurrieron soluciones tan originales, ¡muy buenas!

Al recibir ese mail de un amigo (de origen irlandés él, eso algo dice), le respondía con copia a varias personas...

"Si bien yo no soy del tipo más 'combativo' (muchas veces las que tomamos como "ofensas" no son sino "reclamos de niños" y hay mejores formas de llegar a su corazón y convertirlos que la discusión o la lucha), hay espíritus cristianos que entienden que hay que defender, a veces combativamente, ciertos ataques. Y me gusta incluso muchas veces como lo hacen. Claro, por un lado está el hecho de tratar de evangelizarlos y por otro la necesidad de no permitir el agravio de la persona que amamos.

Para mí es difícil saber cuando es momento de poner la otra mejilla o cuando hay que sacar a latigazos a los vendedores del templo. Pero creo que hay muchos carismas y una sola fe."

Sigo pensando en las justificaciones de acciones del tipo violentas o físicas, le encuentro pocas. Sólo eso del amor a la persona agraviada y búsqueda de su defensa, pero hasta ahí nomás, porque ¿es realmente el amor lo que nos mueve a "defender"?

A favor de esta postura estaba quizás ese protagonista de La esfera y la cruz, que conocí en un post de Ens.

http://revistaens.blogspot.com/2004_09_12_revistaens_archive.html#109536208724001483

Pero eran otras épocas y el adversario otro.
Aunque no leí el libro.

10:29 a.m.  
Anonymous Anónimo said...

se me ocurren varias cosas. 1° la forma "defender sus derechos reales" causa gracia (sobre todo si uno estudia derecho) en este contexto. no se sabe si se queire defender el reinado de Cristo o un "derecho real" de propiedad sobre el edificio de la Catedral.

2° ¿No hay una violencia implícita en esa defensa, una amplificación de la misma violencia? esta pregunta tuya no me parece. en realidad de pende de cómo sea la defensa, pero en sí hay muchas defensas que son legítimas y no culpables de la violencia que ataca. Creo que el punto clave es la pregunta que hacés despúes de esta: ¿se garantiza que ese puñado de bienintencionados católicos no perderan los estribos y fomentarán el escándalo?. esa pregunta es principalísima. es la delgada línea que separa el heroísmo de la imbesilidad.

3° ¿quién los guiará? Ay qué pregunta! si tuviéramos quien nos guiara esto no sería tanto problema. sí, ya se que estamos grandecitos, pero más de una vez el clero pecó de pacifismo como forma de cobardía y pereza encubierta. lo digo por experiencia.

4° lo de la misa en la plaza me parece más reaccionario y combativo que cualquiera de las demás propuestas. lo de "en paz" fue un chiste, no?

5° el tema merece luz de los que saben, que se yo... todo es sutilísimo. "todo depende del espíritu". lo único que se es que tanto para ser pacífico como Cristo en el huerto, como para hechar a latigasos del templo, hacen falta tenerla muy clara y tener unos OO bien grandes. no es cuestión de un jugar a ser héroe, ni es cuestión de jugar al pacifista mientras pasan cosas en la calle. todo depende de las respuestas a estas preguntas: ¿qué, exactamente, se va a defender? ¿cómo, exactamente? ¿qué se está dispuesto a ofrecer? ¿qué se está dispuesto a sacrificar? ¿estoy dispuesto a perder mi honor ante los hombres por Cristo? ¿estoy dispuesto a imitar al Cordero? ¿estoy dispuesto a que me escupan en la cara? ¿estoy dispuesto a ofrecer bien por mal? ¿cómo considero al agresor? ¿digno de mi respeto? ¿digno de mi amor? ensayar respuestas evangelio en mano y sólo despues salir la calle (o no) bien livianito y ver qué se hace.

Martín b.
nomelean.blogspot.com

9:48 a.m.  
Blogger XavMP said...

¿En que quedó todo esto? No vi repercusiones...

2:03 p.m.  
Blogger Hernan said...

Estuve afuera de Buenos Aires por trabajo este sábado lo que alivió mi dilema sobre el asunto de ir o no ir a la catedral. Por la noche vi una nota en TV donde se mostraba lo que sucedió: la alegria, el color y la verborragia de múltiples representantes homosexuales y trasvestidos reclamando por los derechos que aun les resta conseguir (herencia y adopcion) por un lado. Por el otro, la TV contaba que "activistas de grupos nacionalistas"(sic) se habian reunido en la catedral y mostraron a un señor con bigotes y ceño fruncido despotricando porque "quieren hacernos creer que es normal meterse un plumero en el traste" culminando la exaltada disertacion con coros de "viva la patria"...

Lo que vi en la tele era claro: esos últimos eran los malos de la película.

Parece que estos jóvenes católicosque estuvieron allí vieron otra cosa.

¿Por qué será?

7:24 p.m.  

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