la verdadera
Nos lo dijo el padre Ricardo una tarde, en un recreo. Y el padre Ricardo no decía nada por decir nomás.
Nos confió a media voz: - La de Luján es la verdadera.
- ¿Cómo? ¿Qué? - no terminábamos de entenderle.
- Que la de Luján es la verdadera, chicos, la única. Es la Virgen.
- Sí, claro que es la Virgen. ¿Pero cómo que la única? - dijo uno de los muchachos más grandes, creo que Guereño.
- ¡Eso! ¿Cómo que la única?- repitió Mendez detrás de los anteojos- es una invocación más. Nos los explicó Fernando en catequesis.
- La Virgen de Luján es la más real de las apariencias de la Virgen, la más perfecta - nos dijo el curita con una sonrisa apacible -Es la verdadera.
Nos fuimos al humo -¿Y la de Itatí? ¿y la de Guadalupe? ¿Y la de Lourdes? - se armó flor de griterío. Cada cual defendía la advocación que conocía en su familia. Alguno por ahí mezclaba los tantos con alguna santa, para la risa del grupo.
- Escuchen, es así, la de Luján les gana a todas- sentenció el padre Ricardo- en belleza, en milagros, en lo que quieran...hasta en humildad - cambiando el tono y haciendo palmas como para poner orden - Y ahora basta de chacota y todos a formar para entrar a clase!...- sonaba el timbre.
En el silencio de la fila nos seguíamos mirando extrañados.
Homenaje doble: a la Virgen de Luján en su día y a mi querido amigo el padre Ricardo.
Nos confió a media voz: - La de Luján es la verdadera.
- ¿Cómo? ¿Qué? - no terminábamos de entenderle.
- Que la de Luján es la verdadera, chicos, la única. Es la Virgen.
- Sí, claro que es la Virgen. ¿Pero cómo que la única? - dijo uno de los muchachos más grandes, creo que Guereño.
- ¡Eso! ¿Cómo que la única?- repitió Mendez detrás de los anteojos- es una invocación más. Nos los explicó Fernando en catequesis.
- La Virgen de Luján es la más real de las apariencias de la Virgen, la más perfecta - nos dijo el curita con una sonrisa apacible -Es la verdadera.
Nos fuimos al humo -¿Y la de Itatí? ¿y la de Guadalupe? ¿Y la de Lourdes? - se armó flor de griterío. Cada cual defendía la advocación que conocía en su familia. Alguno por ahí mezclaba los tantos con alguna santa, para la risa del grupo.
- Escuchen, es así, la de Luján les gana a todas- sentenció el padre Ricardo- en belleza, en milagros, en lo que quieran...hasta en humildad - cambiando el tono y haciendo palmas como para poner orden - Y ahora basta de chacota y todos a formar para entrar a clase!...- sonaba el timbre.
En el silencio de la fila nos seguíamos mirando extrañados.
Homenaje doble: a la Virgen de Luján en su día y a mi querido amigo el padre Ricardo.
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