personajes del año ( II )

"Ella no fue. Quería avisarle, nada más. Es que ella ya sabía. Pero...¿cómo prevenirlo?, ¿cómo acercarse?, entiendan...¿en quién confiaría tratándose de semejante conspiración?.

Ella no fue, lo jura por nuestro Señor, lo grita mientras la interrogan los inspectores. Las voces, las voces, ella lo sabía de antes por las voces. Primero intentó alertar a un monje entrado en años a quien creía “limpio”. En la Capilla de la Esperanza le había dicho todo: habló de los francmasones, del frère en peligro, de la venganza por su vuelco a Roma, de la comunidad como botín. Todo era un plan maestro del Enemigo para que Taizé predique el Nuevo Orden en gesta. El confesor ni siquiera le entendió bien su mezcla de rumano, italiano y mal francés, sólo percibió su turbación y le terminó recomendando ayuda psiquiátrica. ¿Estaría “limpio” ese viejito? ¿o era uno de ellos? No se podía confiar en nadie, el Enemigo es muy poderoso... ¿para qué habría hablado? Ahora ya estaban alertas.

Ella no fue, aunque el cuchillo estuviera en su mano. Sí, lo había comprado en Cluny el día anterior, en esa armería del hombre gordo que hoy vino a reconocerla. Es que el hermano Roger tenía que escucharla sea como sea, sólo él podía entender la magnitud del asunto. Necesitaba cuatro minutos con él, nada más, así lo salvaría. Pero lo tenían siempre cercado, nunca lo dejaban solo en público. Especialmente ese hermanito tedesco, discípulo del Traidor, ese maldito lo custodiaba a sol y sombra. Ella lo iba a lograr, lo tenía que hacer- las voces, las voces insistían. Un golpe de efecto: el cuchillo amenazando el cuello del anciano por un instante y su oportunidad de hablar y denunciar. Se le ocurrió rezando: lo tomaría de atrás con suma delicadeza, tenía que ser rápida y hábil. Su voz debía ser clara, el mensaje preciso. El frère comprendería. La oración comunitaria, ¡eso!, dosmil personas, era el momento ideal. Ensayó un rato en su carpa antes de acostarse.

Ella no fue. No lo hizo. No entiende cómo fue pero ella no fue. En la primer estrofa del "venite exultemos" encaró hacia el coro desde el fondo con el cuchillo en la manga del sweater. Allí adelante estaba él en su silla, frágil silueta; oraba reclinado, sus grises cabellos como con propio fulgor. Ella aceleró al llegar a la línea de postulantes, cantaban ahora el "bendecid". Sacó el acero a unos metros, el movimiento ensayado. No llegó a rozarlo siquiera cuando un imprevisto tumulto la dejó inmóvil. Sangre. Sangre roja en el alba del monje. ¿Qué había pasado? Fue tan rápido. La maniataron, ella no atinó a hablar.

Todo estaba hecho.
Ella no fue".



Hermano Roger Schütz, religioso protestante suizo (1915-2005), fundador de Taizé.
Asesinado el 16 de agosto de 2005

...«nuestra Comunidad de Taizé quiere caminar en comunión con el Santo Padre» del Hno Roger, en su carta póstuma a Benedicto XVI

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