muerte a secas
Un post para el escándalo.
Si algo nos faltaba a los católicos para terminar de ganarnos la antipatía de la opinión pública progresista -por si no resultaban pocas nuestras condenables posiciones "retrógadas" respecto a la sexualidad humana- es abrir, como parece que se está abriendo, un nuevo frente de resistencia para ganarnos muy prontito un lugar con los leones del Coliseo.
Cuestionar el concepto de muerte cerebral y por lo tanto, indirectamente, cuestionar la política de trasplante de órganos, paradigmático argumento-bastión del progreso científico y el Mundo Feliz, no nos va a salir barato.
Porque ya lo sabemos bien, en este mundo aparentemente tan libre hay cosas que no se deben cuestionar a fondo.
Como médico y neurólogo que ha visto mucha gente en coma y que ha visto mucha gente muerta, puedo decir que el asunto tiene sus aristas.
Hace unos años escuchaba a un médico cubano proclamar que muerte y muerte cerebral es lo mismo. Claro, si "somos nuestro cerebro" como postulamos hoy, entonces es verdad, decir muerte cerebral es redundante.
No se si sirva traer a colación en este post la casi mágica condición autónoma del corazón, que en condiciones fisiológicas sigue latiendo aún fuera del cuerpo. ¿No les parece loco? El "bobo" sigue latiendo sin necesidad del cerebro mientras que el delicado y sofisticado encéfalo, como casi todo el resto del organismo, es absolutamente dependiente de la bomba de sangre. ¿Qué órgano es más vital entonces?
Y, ojo, se lo pregunta un fana del sistema nervioso y su misterio...
¿Qué es muerte?, ¿qué es vida?, serán preguntas demasiado profundas para tiempos tan superficiales o preguntas demasiado simplonas para tiempos tan complejos?
Y esa complejidad de los tiempos está dada en gran parte por nuestro nuevo poder tecnológico: son varias las cosas que deberíamos cuestionarnos sin miedo, empezando por el dónde intervenir y hasta dónde intervenir.
Volviendo al asunto de la muerte, quizás todo este bolonki empezó con Descartes, digo yo sin saber mucho de nada. Ocurre que ahora que nos damos cuenta que René se había equivocado, que la res extensa tambien piensa, que la conciencia la da también el cuerpo, y, más importante aún, que el hombre no es sólo conciencia... decía, ahora, ya es tarde.
Los que creemos decimos que somos espíritus encarnados...pero ¿encarnados dónde? ¿en una parte del cuerpo? ¿en sólo un órgano?
No sé, ustedes no se asusten, pero yo cada vez veo con más simpatía ciertas retiscencias caprichosas de los testigos de Jehová hacia el intervencionismo médico.
Si algo nos faltaba a los católicos para terminar de ganarnos la antipatía de la opinión pública progresista -por si no resultaban pocas nuestras condenables posiciones "retrógadas" respecto a la sexualidad humana- es abrir, como parece que se está abriendo, un nuevo frente de resistencia para ganarnos muy prontito un lugar con los leones del Coliseo.
Cuestionar el concepto de muerte cerebral y por lo tanto, indirectamente, cuestionar la política de trasplante de órganos, paradigmático argumento-bastión del progreso científico y el Mundo Feliz, no nos va a salir barato.
Porque ya lo sabemos bien, en este mundo aparentemente tan libre hay cosas que no se deben cuestionar a fondo.
Como médico y neurólogo que ha visto mucha gente en coma y que ha visto mucha gente muerta, puedo decir que el asunto tiene sus aristas.
Hace unos años escuchaba a un médico cubano proclamar que muerte y muerte cerebral es lo mismo. Claro, si "somos nuestro cerebro" como postulamos hoy, entonces es verdad, decir muerte cerebral es redundante.
No se si sirva traer a colación en este post la casi mágica condición autónoma del corazón, que en condiciones fisiológicas sigue latiendo aún fuera del cuerpo. ¿No les parece loco? El "bobo" sigue latiendo sin necesidad del cerebro mientras que el delicado y sofisticado encéfalo, como casi todo el resto del organismo, es absolutamente dependiente de la bomba de sangre. ¿Qué órgano es más vital entonces?
Y, ojo, se lo pregunta un fana del sistema nervioso y su misterio...
¿Qué es muerte?, ¿qué es vida?, serán preguntas demasiado profundas para tiempos tan superficiales o preguntas demasiado simplonas para tiempos tan complejos?
Y esa complejidad de los tiempos está dada en gran parte por nuestro nuevo poder tecnológico: son varias las cosas que deberíamos cuestionarnos sin miedo, empezando por el dónde intervenir y hasta dónde intervenir.
Volviendo al asunto de la muerte, quizás todo este bolonki empezó con Descartes, digo yo sin saber mucho de nada. Ocurre que ahora que nos damos cuenta que René se había equivocado, que la res extensa tambien piensa, que la conciencia la da también el cuerpo, y, más importante aún, que el hombre no es sólo conciencia... decía, ahora, ya es tarde.
Los que creemos decimos que somos espíritus encarnados...pero ¿encarnados dónde? ¿en una parte del cuerpo? ¿en sólo un órgano?
No sé, ustedes no se asusten, pero yo cada vez veo con más simpatía ciertas retiscencias caprichosas de los testigos de Jehová hacia el intervencionismo médico.
4 Comments:
Coincido que la existencia es algo mas que conciencia. El tema es que es casi imposible definir ese algo mas. Simplemente porque el organo que define esta encerrado en la conciencia, seria como tratar de definir el agua sin nunca beberla. Muchos desde las definiciones facilmente reducen lo que no se puede definir como que no existe, algo de razon tienen, pero lo que no existe es la definicion, el concepto. Y ahi esta nuestro limite humano, aceptar la ignorancia es una gran sabiduria.
No nos es lícito callar ante otras formas más engañosas, pero no menos graves o reales, de eutanasia. Estas podrían producirse cuando, por ejemplo, para aumentar la disponibilidad de órganos para trasplante, se procede a la extracción de los órganos sin respetar los criterios objetivos y adecuados que certifiquen la muerte del donante (15)
Así, ante la vida que nace y la vida que muere, el hombre ya no es capaz de dejarse interrogar sobre el sentido más auténtico de su existencia, asumiendo con verdadera libertad estos momentos cruciales de su propio "existir". Se preocupa sólo del "hacer' y, recurriendo a cualquier forma de tecnología, se afana por programar, controlar y dominar el nacimiento y la muerte. Estas, de experiencias originarias que requieren ser "vividas", pasan a ser cosas que simplemente se pretenden "poseer" o "rechazar" (22)
Mediante sistemas y aparatos extremadamente sofisticados, la ciencia y la práctica médica son hoy capaces no sólo de resolver casos antes sin solución y de mitigar o eliminar el dolor, sino también de sostener y prolongar la vida incluso en situaciones de extrema debilidad, de reanimar artificialmente a personas que perdieron de modo repentino sus funciones biológicas elementales, de intervenir para disponer de órganos para trasplantes. En semejante contexto es cada vez más fuerte la tentación de la eutanasia... (64)
De "Evangelium Vitae", Juan Pablo II.
For a list of all the ways technology has failed to improve the quality of life, please press three
Para obtener una lista de todas las formas en las que la tecnología no consiguió mejorar la calidad de vida, por favor presione tres
Como si a alguien le importara lo que piensan los católicos...
Como si fuera importante lo que dice un médico cubano...
Como si a alguien le importara lo que piensas...
Como si a alguien le importara...
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