los malos libros
Evidentemente los libros no son inofensivos.
Gracias a Dios, hoy y aquí parece haber ganado la libertad. Dijimos "quemar libros es un horror" y "toda censura es mala" y nos convencimos del "prohibido prohibir".
Bien. Creo que es motivo para seguir brindando. Es un gran primer paso.
Está faltando ahora un gran segundo paso: generar conciencia crítica. Decirnos: "señores, ahora que vale todo sepamos que hay cosa buena y cosa mala", repetir lo suficiente "no comamos mierda, no compremos buzones", arengarnos hasta el cansancio: "pensemos, seamos dignos de esta libertad que gozamos".
Pero no.
Resulta que si bien sabemos que no todo es bueno tenemos que decir que nada es malo del todo porque decir algo así es "facho"; la mierda hay que probarla para saber que gusto tiene y todos queremos un buzon en casa porque nos lo venden muy bien. Pensar exige un tiempo que no tenemos y un esfuerzo que no se alienta.
Siempre me gustaron los libros.
Los libros, las bibliotecas, las librerías.
Me ocurre que últimamente salgo de las librerías, de estas megalibrerías-shopping tan de moda, con un cierto desasosiego espiritual. Me revuelve las entrañas ver a la gente llevarse compulsivamente el último bestseller de autoayuda lleno de sofismas berretas, ver los pseudoensayos sobre masonería que son propaganda encubierta, ver que las novelas anticlericales de suspenso al estilo Código Da Vinci se multiplican, hojear en las mesas de ofertas las blasfemias más horrendas prolijamente disfrazadas de investigación histórica, descubrir la variedad de libros de magia negra y espiritismo, en fin, comprobar lo bien que se vende el veneno en general...
Porque, dijimos, los libros no son inofensivos.
Entonces me viene a la memoria algo leido sobre las apariciones de La Salette (Francia, 1846) en mis primeros tiempos postconversión. Parece que la Virgen dió allí un mensaje a dos pastorcitos sobre los tiempos venideros. Si bien la aparición fue aprobada en su momento, suscita hasta hoy mucha controversia.
Como en Fátima, parte del mensaje no fue dado a conocer enseguida y se lo conoce como el secreto de La Salette...
"Los malos libros abundarán en la tierra y los espíritus de las tinieblas extenderán por todas partes un relajamiento universal en todo lo relativo al servicio de Dios y obtendrán un poder extraordinario sobre la naturaleza: habrá iglesias para servir a esos espíritus.
Habrá por todas partes prodigios extraordinarios, porque la verdadera fe se ha extinguido y la falsa luz alumbra al mundo. ¡Ay de los príncipes de la Iglesia que se hayan dedicado únicamente a amontonar riquezas, a poner a salvo su autoridad y a dominar con orgullo!
Dado el olvido de la santa fe de Dios, cada individuo querrá guiarse por sí mismo y ser superior a sus semejantes.
Los gobernantes civiles tendrán todos un mismo plan, que será abolir y hacer desaparecer todo principio religioso, para dar lugar al materialismo, al ateísmo, al espiritismo y a toda clase de vicios".
Si, ya se: origen más que dudoso el del material que elijo para esta oposición. Cierto.
4 Comments:
¿Te refieres a la fuente de la info?
Hace un tiempo me di cuenta que bajo mi amor fetichizante hacia los libros podia caer en el consumo compulsivo y opte por no entrar a las librerias...me cuesta por ejemplo con mi anticuario favorito el de santa fe y pueyrredon al que aun hoy cada tanto entro a revolver y a regocijarme con el placer de hallar lo inhallable despues de un par de horas...
Saco de todo esto que los libros se han vuelto mercancìa, especial para el modus operandis de la tentaciòn, destinado a aquellos que se sientes tan distintos por no consumir cosas inutiles y no ser para nada superficiales.
Es verdad que la libertad es cierta conquista y concuerdo con vos, la aboliciòn del bien y el mal como necesidad inherente al hombre es el principio y fin de toda esclavitud.
Saludos
Nati
El origen de lo que citas puede ser dudoso pero lo que predice es bastante parecido a lo que pasa.
Yo estoy de acuerdo en que hay mucha, más bien demasiada, mierda en los estantes de las librerías, empezando por el librejo de Dan Brown...
Sin embargo, descreo de la censura en cualquiera de sus formas. La solución está en una educación abierta y de calidad, no en violar el derecho a expresión de otros, por errado, falso o de mal gusto que sea su mensaje. Por ejemplo: el anticlericalismo beligerante y el relativismo no van a ser abolidos prohibiendo que se publiquen 'El Código Da Vinci' o los libros de filosofía de Sartre o Derrida. Igualmente, ¿se acabará el antisemitismo si quemamos 'Mein Kampf' y 'Los protocolos de los sabios de Sión'?
No lo creo... A la incultura se la combate con cultura.
O eso creo yo.
Saludos.
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