domingo de ramos

Cerca ya de la bajada del monte de los Olivos, toda la multitud de los discípulos, llenos de alegría, se pusieron a alabar a Dios a grandes voces, por todos los milagros que habían visto. Decían:
"¡Bendito el Rey que viene
en nombre del Señor!
Paz en el cielo y gloria en las alturas."(Lc 19, 37-38)

Hoy domingo de ramos la liturgia conmemora la entrada mesiánica de Jesús en Jerusalén y el inicio de la semana santa.

Me cuentan curas amigos que la de hoy es la misa de mayor convocatoria del año. Hoy los templos se llenan, incluso más que en Navidad o que en cualquier otro día de la semana santa.

Escuché una explicación para este fenómeno bastante sencilla y convincente: hoy la gente se lleva a su casa el ramito de olivo bendecido. Así, lo que motivaría a tantos fieles a acercarse hoy al templo es un interés de índole fetichista. Hoy se llevan algo material, una especie de talismán que protejerá el hogar todo el año si se cuelga detrás del crucifijo del cuarto o junto a la estampita del aparador del living.

Puede que haya algo de esto, sin duda.

Sin embargo, prefiero asumir el fenómeno de un modo más místico, si se me permite la expresión. Se supone que la liturgia es una manera de revivir el evangelio ¿no es así?, pues entonces no es de extrañar el éxito de convocatoria que tiene el Señor en esta fecha, hoy "toda la multitud de los discípulos" vamos a misa y agitamos los ramitos.
Dentro de unos días nomás, cuando para Él sea hora de cruz, probablemente eligiremos pasar uno días de vacaciones en Barrabás Beach.