verso converso

aportes incorrectos después de haber caído del caballo...

Y él les dijo: «Así, todo escriba que ha llegado a ser discípulo del Reino de los Cielos es semejante al dueño de casa que saca de sus arcas lo nuevo y lo viejo.» (Mt 13,52)


noviembre 03, 2004

pequeños tiranos (la gente del futuro)

(extraído de Cartas a Cacho, psiquiatra converso)

... los veo a diario en el consultorio, Cacho...¿cómo querés que no esté asustado? ¿sabés lo que yo veo? Te lo aseguro: los pibes de hoy no tienen el menor sentido de límite, ningún tipo de respeto a ninguna autoridad. Son déspotas y caprichosos. Desde muy chiquitos. Y es lógico, encuentran favorecida esta actitud.

La mayoría de los chicos que veo no tienen familia constituída. La mayoría por lejos eh! Y acordate que yo alterno los barrios pobres del conurbano con el hospital privado de Barrio Norte. En ambas clases sociales, a su manera, los pibes tienen un desbarajuste vincular-afectivo que no se arregla con ninguna terapia. Nadie se encarga de otorgarle límites. Nunca los tendrán.
Nadie los trata como lo que realmente son: niños merecedores de toda la atención, todo el sacrificio posible, criaturitas que deben aprender todo, formar su espíritu.

No hay tiempo para ellos, no hay amor, Cacho. O hay un amor muy débil, pervertido.
Las madres ricas están demasiado ocupadas en realizarse profesionalmente, socialmente, sexualmente, etc... Las madres pobres están demasiado ocupadas en ganar el mango que pare la olla. Lo más grave: todas las madres, ricas y pobres pero especialmente las ricas, están completamente perdidas sobre lo correcto y lo incorrecto en cuanto a la crianza: Lo que hicieron sus abuelas está mal, lo correcto es lo que dice la conductora del programa femenino del canal 8 que entrevista dudosos pediatras, sabiondas psicólogas y astrólogos. Esos sí que saben.
La madre televisión es la nodriza de todos.

Los padres ya casi no existen. Cuando resulta que sí están, en los mejores casos, apenas son como otros niños que juegan con sus hijos. Y encima juegan mal. Adolescentes tardíos. Jamás una muestra de firmeza real, de autoridad serena, de madurez, de hombría con afecto. Jamás un NO. ¿Cómo le van a decir que no si sólo lo ven dos días por semana? Noooo, ellos quieren ser aceptados al instante, no rechazados. Compran sus sonrisas con regalos, no tienen otra cosa. Generalmente tienen culpa. Y los pibes son obligados a usufructuar esa culpa y jugar el jueguito de la extorsión afectiva entrenando lo peor de su naturaleza.

En los últimos cincuenta años hemos abandonado sin mayores resquemores el modo de criar hijos que la humanidad sostuvo durante generaciones. La crianza que nos trajo hasta hoy. Y lo hemos abandonado siguiendo advenedizas teorías sin consistencia.

Apuesta de semejante riesgo no puede resultar bien.

En el consultorio se ven cosas disparatadas de manera corriente: cuando estoy hablando seriamente con la madre, por ejemplo, cualquier interrupción vanal del borrego de cuatro años no sólo no es reprimida sino que es tomada en cuenta como la opinión de Einstein. Y si es una barbaridad es festejada. Porque eso sí, el ingenio soez hay que cultivarlo como virtud!
¿sabés hace cuánto tiempo que no escucho decir a un chico de cualquier edad un “por favor, doctor”, un “disculpe” o simplemente “buen día”? Nada de eso. Eso no existe más... Mejor ni te cuento lo común que es ver el maltrato físico de los niños a sus madres.

Estos chicos lo que quieren lo consiguen. No tienen que "rebajarse" ante nadie. No saben de respeto, sólo de conveniencias. Saben manipular. Se creen omnipotentes y no toleran la frustación....son los hombres-dioses del mundo feliz... Saben de todo, de computadoras, de dinosaurios y de preservativos; saben de todo menos de amor verdadero. Ni hablar de humildad, esa palabra horrenda.
Y no es culpa de ellos, por supuesto.

No exagero, Cacho. Los veo todos los días. Son amplísima mayoría.
¿te acordás de esa canción de los 70s “la gente del futuro”? decía algo así como “son el material con el que edificaremos el mañana total”! ¿cómo querés que no me preocupe por ese mañana, Cacho? Ya es hoy.

No sólo pienso en nosotros, nuestra generación vetusta y anticuada de apenas 35 o 40 años que será degollada ante la primer señal mediática del ídolo lavacabezas de turno, sobre todo pienso en la tribulación de esa minoría de chicos que sí conocen el amor, esos pocos que aun hoy son educados en virtudes y que crecerán como corderos entre lobos...

Porque esos también están, Cacho, gracias a Dios esos también estarán hasta el final...

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