verso converso

aportes incorrectos después de haber caído del caballo...

Y él les dijo: «Así, todo escriba que ha llegado a ser discípulo del Reino de los Cielos es semejante al dueño de casa que saca de sus arcas lo nuevo y lo viejo.» (Mt 13,52)


octubre 25, 2004

justos y pecadores

El Evangelio de ayer, Lc 18: 9-14, fue la parábola del fariseo y el publicano.

Dijo también a algunos que se tenían por justos y despreciaban a los demás, esta parábola:
«Dos hombres subieron al templo a orar; uno fariseo, otro publicano.
El fariseo, de pie, oraba en su interior de esta manera: "¡Oh Dios! Te doy gracias porque no soy como los demás hombres, rapaces, injustos, adúlteros, ni tampoco como este publicano.
Ayuno dos veces por semana, doy el diezmo de todas mis ganancias."
En cambio el publicano, manteniéndose a distancia, no se atrevía ni a alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: "¡Oh Dios! ¡Ten compasión de mí, que soy pecador!"
Os digo que éste bajó a su casa justificado y aquél no. Porque todo el que se ensalce, será humillado; y el que se humille, será ensalzado.»


Ayer me di cuenta que más o menos el mismo mensaje de la parábola fue sintetizado por Blaise Pascal, aquél pensador y matemático del siglo XVII de tintes jansenistas:

"No hay más que dos especies de hombres: una, la de los justos que se creen pecadores, y otra la de los pecadores que se creen justos".
Blaise Pascal (1623-1662) Pensées.

Hay que hacer una pequeña salvedad.
Imagino que la sociedad de Pascal era mucho más religiosa que la nuestra. Imagino desde mi ignorancia, no sé... todavía no habían llegado ni la Revolución Francesa ni Nitzsche ni John Lennon.
La clasificación de Pascal es válida sólo para hombres religiosos. Así lo eran el fariseo y el publicano, ambos creían en Dios.

Ahora, en esta civilización post-religiosa, estaríamos obligados a considerar una tercera opción. La muchedumbre creciente de pecadores que se jactan de ser pecadores. Que tampoco se creen justos porque no se preocupan por la justicia divina ni por ninguna otra (externa o interna). Aquellos que viven traicionandose deliberadamente, con conciencia, y sin remordimiento.

Por supuesto, estos nuevos pecadores no son más pecadores que nosotros...

Nosotros los... pecadores... que nos creemos... eeeeeeemmmm

Epa!¡Esta clasificación adolece de otra ausencia! La de los hombres religiosos pecadores que se creen pecadores. Aquellos que no se justifican a sí mismos pero que tampoco ponen todo el empeño en santificarse. ¿Existe esa categoría? ¿Hay o no hay grises?

Dicho de otro modo: Creo que la única categoría que no existe son los justos que se creen justos. Si te crees justo, sos pecador. Ende, si uno aspira a la justicia no queda otro camino que creerse pecador, reconocerse pecador, saberse pecador. Pero...¿es eso suficiente para transformarse en justo?

mmmmmm...

3 Comments:

Blogger XavMP said...

Digamos que el reconocerse pecador es el primer peldaño para ser justo, pero es solo el principio ¿No?

Lo que si queda claro es que no hay justos que no se reconozcan pecadores ¿Habrá jsutos?

7:46 a.m.  
Blogger Hernan said...

Buen punto. Es que el galardón de "justo" no es otorgable por hombres. Ni es otorgable en vida: lustros de santidad pueden irse por la borda en la última hora.

Ende, el único galardón que podemos otorgarnos mientras vivimos es el otro. Y creyendolo a fondo. Y pidiendo misericordia como el publicano.
El último juicio lo tendrá Él.

San Francisco se consideraba el más pecador de los pecadores. Y, por supuesto, no mentía (no mentía nunca)

8:24 a.m.  
Blogger Hernan said...

Resumiendo tenemos:

1) Pecadores que se creen justos
2) Pecadores que se creen pecadores sin remordimiento
3) Pecadores que se creen pecadores con remordimiento
4) Justos que se creen pecadores

La pregunta apuntaba a la diferencia entre las categorias 3 y 4.
Todos somos pecadores.
No se es justo. Eventualmente, se es "justificado".
Dios es el único Juez de las almas.

"En cambio el publicano, manteniéndose a distancia, no se atrevía ni a alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: "¡Oh Dios! ¡Ten compasión de mí, que soy pecador!"
Os digo que éste bajó a su casa justificado y aquél no"

El publicano era un pecador que se creía pecador (cat 3) pero fue justificado (cat 4)

4:21 p.m.  

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