San Francisco y la ciencia que hincha
Si este es un blog temático y su tema es la conversión, no podía demorar en aparecer el santo más santo (o al menos más popular) entre los santos católicos, que también es converso.
Y se aparece a nosotros, como después de muerto a aquel compañero, para advertirnos algo sobre la ciencia
Una vez posteado me doy cuenta que, sacado de contexto (regla interna de la Orden, "ciencia" como teología, etc...) y aún dentro de contexto pero interpretado con malicia o ignorancia (casi la misma cosa), este capitulito sería un bocadillo ideal para el ataque antirreligioso de la turba progre que ha crecido a la sombra de El nombre de la rosa de Eco y hoy se alimenta del venenito del Codigo Da Vinci. Pero bué, como a este blog no lo lee casi nadie (y menos la turba progre) me privaré de la alegría de dicho ataque.
Pero la ciencia hincha, el amor en cambio edifica. Si alguien cree conocer algo, aún no lo conoce como se debe conocer. Más si uno ama a Dios, ese es conocido por él.(1 Cor 8, 1-3)
Y se aparece a nosotros, como después de muerto a aquel compañero, para advertirnos algo sobre la ciencia
Le dolía mucho al bienaventurado Francisco que, pospuesta la virtud, se buscase la ciencia que hincha, máxime si cada cual no permanecía en la vocación en que había sido llamado desde el principio. Y decía: "Los hermanos que se dejan arrastrar por la curiosidad del saber, se encontrarán con las manos vacías en tiempo de tribulaciones. Por eso los quiero muy fuertes en la virtud, para que, cuando venga el día de la tribulación, tengan al Señor durante la prueba. Porque la tribulación ha de venir, y entonces los libros para nada servirán, y los tirarán a las ventanas y a rincones ocultos".
No hablaba así porque le desagradara el estudio de la Sagrada Escritura, sino por apartar a todos del superfluo afán de saber. Quería que fueran virtuosos por la caridad, más bien que sabios por la curiosidad de la ciencia.
Presentía con buen olfato que vendrían tiempos, y no muy lejanos, en los que la ciencia que hincha sería ocasión de ruina. Por eso después de su muerte, se apareció a uno de sus compañeros dedicado con demasía a veces al ejercicio de la predicación y le reprendió y se lo prohibió. En cambio, le mandó que se esforzara en avanzar por el camino de la humildad y simplicidad.
Espejo de perfeccion, cap 69
De San Francisco de Asís; Biografías y documentos de la época. BAC.
Una vez posteado me doy cuenta que, sacado de contexto (regla interna de la Orden, "ciencia" como teología, etc...) y aún dentro de contexto pero interpretado con malicia o ignorancia (casi la misma cosa), este capitulito sería un bocadillo ideal para el ataque antirreligioso de la turba progre que ha crecido a la sombra de El nombre de la rosa de Eco y hoy se alimenta del venenito del Codigo Da Vinci. Pero bué, como a este blog no lo lee casi nadie (y menos la turba progre) me privaré de la alegría de dicho ataque.
Pero la ciencia hincha, el amor en cambio edifica. Si alguien cree conocer algo, aún no lo conoce como se debe conocer. Más si uno ama a Dios, ese es conocido por él.(1 Cor 8, 1-3)
2 Comments:
Una vez lei por ahi, en un texto de Von Balthasar algo asi como que el amor es lo que permite el conocimiento, que permite ver facetas del objeto que no se descubren si no se lo ama, si no es para uno valioso. Lo aplica al conocimiento de las personas y dice que el amor descubre lo bueno oculto que todo ser humano tiene, entonces conoce más, porque ama. No se si lo dije bien. (Si te interesa te lo comparto textual) Pero trato de tenerlo presente a la hora de diagnosticar. Si yo quiero a esta persona, que descubriría que no me dan los categorías diagnósticas estandarizadas? Y sobre todo al pronosticar, porque el amor saca lo mejor del otro. Trato, no siempre puedo anteponer el amor a los saberes de libro.
Si quieres y te divierte podemos intentar arrojarte algunas piedras desde aqui, haciendonos las turbas progre....
pero con cuidado, para no hacer daño, porque sino, te pasas un tiempo lastimado sin poder escribir
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