la cosmología y la mente de las babosas
Tenemos un problemita: cada vez es mayor la brecha entre lo que la ciencia realmente es y lo que la gran mayoría cree que es. O lo que le hemos impuesto que sea.
Nos reímos de los hombres del siglo XII por sus absurdas teorías sobre la forma de la tierra pero no tenemos en cuenta la más que probable absurdidad del conocimiento científico actual. Oh, sí! Hoy sí que por fin entendemos bien todo! O estamos a punto de terminar de entender. ¡Pero si lo dice el diario cada mañana! O aunque no hayamos entendido del todo los fenómenos naturales al menos los hemos dominado, qué tanto andar entendiendo al final de cuentas!...
Nuestra ciencia no será completa e infalible, pero nuestra tecnología...je!, nuestra tecnología sí que nos hace dioses...
En este falso papel de Verdad Revelada cada rama de la ciencia ocupa su parte. El Génesis, por ejemplo, lo escriben los cosmólogos, que por lo general siempre me han caído simpáticos, quizás por su coraje en meterse con lo que se meten, quizás por su caradurez. La cosmología es una ciencia especulativa (¿alguna no lo es?) que intenta explicar el origen y el sentido del universo. De los cosmólogos modernos, al que nunca me banqué fue al pobre de Stephen Hawking, ese señor afectado de una esclerosis lateral que habla mediante una computadora. Su divulgada Historia del tiempo me pareció pesadísima y sus conclusiones demasiado tendenciosas. Pero ¿quién soy yo para cuestionar a semejante cráneo?.
Le encargo esta tarea a otro físico de alto nivel, Frank Wilczek, del MIT, quien hace unos años escribió en un prólogo esta frase que me gustó tanto:
¿se nota que soy neurólogo?
¿o se nota que soy creyente?
Nos reímos de los hombres del siglo XII por sus absurdas teorías sobre la forma de la tierra pero no tenemos en cuenta la más que probable absurdidad del conocimiento científico actual. Oh, sí! Hoy sí que por fin entendemos bien todo! O estamos a punto de terminar de entender. ¡Pero si lo dice el diario cada mañana! O aunque no hayamos entendido del todo los fenómenos naturales al menos los hemos dominado, qué tanto andar entendiendo al final de cuentas!...
Nuestra ciencia no será completa e infalible, pero nuestra tecnología...je!, nuestra tecnología sí que nos hace dioses...
En este falso papel de Verdad Revelada cada rama de la ciencia ocupa su parte. El Génesis, por ejemplo, lo escriben los cosmólogos, que por lo general siempre me han caído simpáticos, quizás por su coraje en meterse con lo que se meten, quizás por su caradurez. La cosmología es una ciencia especulativa (¿alguna no lo es?) que intenta explicar el origen y el sentido del universo. De los cosmólogos modernos, al que nunca me banqué fue al pobre de Stephen Hawking, ese señor afectado de una esclerosis lateral que habla mediante una computadora. Su divulgada Historia del tiempo me pareció pesadísima y sus conclusiones demasiado tendenciosas. Pero ¿quién soy yo para cuestionar a semejante cráneo?.
Le encargo esta tarea a otro físico de alto nivel, Frank Wilczek, del MIT, quien hace unos años escribió en un prólogo esta frase que me gustó tanto:
"Aunque algún día llegáramos a descubrir y entender las leyes por completo irreductibles de la física no por eso conoceríamos la mente de Dios (en opinión contraria a la de Hawking). Ni siquiera nos serviría de mucho para entender la mente de las babosas, punto en el que en la actualidad se encuentra aproximadamente la frontera de la neurología”
¿se nota que soy neurólogo?
¿o se nota que soy creyente?
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home