comprados

Lo voy a decir bien clarito: La medicina actual apesta.

Rancio es el tufillo que desprende cada receta. Malolientes las investigaciones que surgen del pacto de galenos con industria. Nauseabundos son los congresos, simposios y cursos varios que se sostienen con los denarios del César.

Si usted cree que la corruptela sólo afecta a una ínfima proporción de médicos, se equivoca mucho. La cosa se ha extendido silenciosa, pragmática, inescrupulosamente.

No es novedad decir que la profesión, el acto médico en sí, el arte de curar, prevenir o acompañar en la enfermedad, es algo totalmente subvaluado, empobrecido. No vale. Aquí en Argentina, una consulta hiperespecializada se paga en los mejores lugares, la tercera parte de lo que un plomero cobra por cambiar un "cuerito" (arreglar un grifo que pierde). No exagero.
Los médicos hemos dejado que esto ocurra y, peor, hemos compensado el asunto cambiando calidad por cantidad. Un desastre.

Por otro lado, según este modelo, los médicos necesitamos estar actualizados: asistir a cursos, enseñar en cursos, compartir la experiencia, reunirnos con colegas de otras regiones. Todo esto se traduce en dinero del que no disponemos. Quien más, quien menos, al menos en este sur de sures donde yo trabajo, recurren entonces a las "becas" de los que tienen la torta: la industria farmaceútica. Una inscripción a un congreso internacional ronda los 300 dolares (si es barato), pasajes y estadías son cosas caras en todos lados... Son pocos los colegas que se pagan sus gastos.

Eso sí, tengo la impresión de que ninguno se siente mínimamente corrompido por aceptar estas dádivas "desinteresadas". Todos creen que no hay nada de malo, que "las cosas son así", que no le hacen daño a nadie, que esto no los compromete demasiado, que ellos "conocen sus límites", etc...
Todos comprados.

Todos comprados.
Pocas voluntades libres entre los que dicen defender la salud.

Y esto es sólo un nivel inferior.
Ni hablar de la organización misma de los cursos y congresos. ¿Quién cree usted que decide a quién se invita, quién habla o quién queda afuera? ¿Acaso una organización de médicos aséptica e impoluta? Así se van generando curriculums, cargos, posiciones.

¿Y qué de la investigación clínica? ¿Quiere que le hable de lo que sí se investiga y de lo que no se investiga? ¿para qué hay fondos y para qué no? ¿Quiere que le explique cómo se maneja el timón de la ciencia médica hoy en día?

No me animo. La verdad que no me animo. No solo, al menos.

Los que se están animando son este grupo de médicos americanos llamados NO FREE LUNCH. Una iniciativa piola, a ser seguida en otros lares.

Aquí viene un exhorto:
- Colegas valientes, dispuestos a ser pobres en el servicio de la Verdad, los convoco en este blog para ir gestando algún tipo de organización similar. Podría llamarse "Médicos Libres", "Médicos Con Conciencia", "Visitadores abstenerse"...se aceptan nombres...
Eso sí, sepan en lo que se meten.

Ah! y usted, Sr, Sra, cuando su doctor le diga que acaba de volver de un congreso, recuerde oler la receta antes de salir del consultorio.